Unos biólogos alemanes lograron filmar cerca de las islas Azores el comportamiento inusual de un grupo de cachalotes que aceptaron en su manada a un delfín con la columna vertebral deformada.
Entre algunos cachalotes adultos y sus crías los investigadores vieron un delfín adulto que jugaba con los peligrosos depredadores quienes no estaban en contra de tal compañía y respondían con reciprocidad.
Tal relación entre estas especies es un fenómeno bastante insólito, de hecho es la primera vez que se observa entre cachalotes y delfines. Lo extraño del caso radica en que un grupo de delfines puede atacar a los cachalotes y perseguir a sus crías.
Lo más probable es que el delfín debido a su defecto físico, el cual le impedía nadar con rapidez, no podía integrarse a los suyos y encontró a estos cachalotes que con el tiempo terminaron aceptándole como uno de los suyos.
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